¿Qué es la Contaminación Lumínica?
La contaminación lumínica puede definirse como la emisión de flujo luminoso de fuentes artificiales nocturnas en intensidades, direcciones, rangos espectrales u horarios innecesarios para la realización de las actividades previstas en la zona en la que se instalan las luces.
Un ineficiente y mal diseñado alumbrado exterior, la utilización de proyectores y cañones láser, la inexistente regulación del horario de apagado de iluminaciones publicitarias, monumentales u ornamentales, etc., generan este problema cada vez más extendido.
La contaminación lumínica tiene como manifestación más evidente el aumento del brillo del cielo nocturno, por reflexión y difusión de la luz artificial en los gases y en las partículas del aire, de forma que se disminuye la visibilidad de las estrellas y demás objetos celestes.
Es indudable que el alumbrado exterior es un logro que hace posible desarrollar múltiples actividades en la noche, pero es imprescindible iluminar de forma adecuada, evitando la emisión de luz directa a la atmósfera y empleando la cantidad de luz estrictamente necesaria allí donde necesitamos ver. Toda luz enviada lateralmente, hacia arriba o hacia los espacios en donde no es necesaria no proporciona seguridad ni visibilidad y es un despilfarro de energía y dinero.
La concienciación de la sociedad para evitar la Contaminación Lumínica
Por todo ello ha surgido una conciencia social con el paso de los años que lucha por que la contaminación lumínica no siga avanzando. Tanto pequeño comercio como particulares y las administraciones públicas se han concienciado e intentan evitar el avance de la contaminación lumínica.
El mundo entero está concienciado de que hay que actuar en favor del medio ambiente. En los años 80 surgieron los primeros movimientos organizados preocupados por este problema. En 1995 a instancias de la Societat Astronómica de Figueres, con el apoyo de Greenpeace y de los Institutos de Astrofísica de Canarias y Andalucía se puso en marcha la primera campaña de denuncia del problema de la contaminación lumínica.
En todos estos años han ido naciendo distintos movimientos de denuncia. Uno de los más importantes es el constituido por el grupo Cielo Oscuro, de la Agrupación Astronómica de Madrid, quien en su día lanzó una dura campaña que ha proporcionado excelentes resultados en torno a la reducción de la contaminación lumínica, además del firme propósito de distintos ayuntamientos de la Comunidad de Madrid a la hora de remodelar su alumbrado público.
En Madrid se ha cambiado el alumbrado público tradicional por tecnología led. Con ello se ha conseguido menos contaminación lumínica y, ante todo, un importante ahorro, ya que el Ayuntamiento ha conseguido reducir su factura eléctrica en un 50%.
Un papel importante también lo han jugado las pequeñas y medianas empresas en el cambio de mentalidad que está sufriendo la sociedad española. Bajo la conciencia de que el uso de las nuevas tecnologías podían minimizar el impacto al medio ambiente los pequeños comercios han ido introduciendo el sistema de leds en sus señas de identidad.
El objetivo es gastar menos dinero y contribuir al ahorro energético con un tipo de luz que no emite calor y que consume menos energía. Desde los años 90 la tecnología led se ha ido afianzando completamente en hogares y comercios. Actualmente se puede ver esta tecnología en rótulos, mobiliario urbano como farolas y semáforos e incluso en los faros de los vehículos. En los últimos tiempos se están desarrollando sistemas que permiten aumentar o disminuir la intensidad lumínica de acuerdo a las condiciones medioambientales y las necesidades de cada momento.
Entre las ventajas de los leds se encuentra su eficiencia, su duración, resistencia y luminosidad. Todo ello se resume en ahorro de dinero y de energía. En nuestro blog encontrarás más información sobre la tecnología led y sus ventajas.
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