La rotulación para una empresa es el primer sello de identidad propia. Es lo que primero llama al cliente, lo que sin querer le está diciendo “ven, entra, compra mis productos porque son los mejores y no te vas a arrepentir”. Por ello, muchas veces se hace tremendamente complicado dar con una buena placa de metacrilato que defina a la perfección el sentido del negocio, su fin. Y no solo que explique el porqué de su existencia, sino que además consiga que el cliente entre, compre y encima se quede contento. Claro que esto último no solo tiene que ver con la importancia de la rotulación, sino que ello debe estar acompañado de un buen trato, de un excelente servicio por parte del emprendedor.
Pero para no irnos por los cerros de Úbeda, lo mismo pasa cuando acudimos a una feria empresarial donde los comerciantes suelen incluir lonas publicitarias gigantes para darse a conocer o en menor medida cuando usan un vinilo impresión digital, sobretodo cuando aquellos que quieren anunciarse son auténticos expertos en impresión digital, donde aprovechan el tirón y sacan sus mejores recursos.
Pero, ¿ven los clientes, los nuevos empresarios, la rentabilidad al invertir en una buena rotulación? Claramente sí. No es lo mismo tener un negocio que no conocen más que los vecinos de la zona porque parece más el garaje de una casa o un local donde se reúnen amigos para charlar que otro que te invita a entrar y ver qué se cuece dentro. Así de claro: una empresa sin rotulación es como tener un coche y no poder disponer de él porque no tiene motor.
19/08/2013 by Pepe Llabrés